Padre Nuestro,que estás en Washintong.Santificados sean tus ejércitos.Vengan a nosotros tus armas nucleares.Hágase tu voluntad aquí en Chile como en todo el mundo.Danos hoy los préstamos de cada día y perdona nuestra deuda externa,así como nosotros perdonamos lo que tú nos robas.No nos dejes caer en manos del FMI y líbranos de Bush.Amén.
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