Silvio nos visitó y nos dejó su arte.Un amigo periodista,el Gabo escribió esto en un diario ciudadano"Cuando se anunció la suspensión del Concierto de Silvio en el Teatro Regional del Maule, los que menos lo podían creer eran los que habían manifestado su malestar por el alto precio de las entradas. Más de cuarenta mil pesos costaba la más barata, equivalente a la mensualidad de un Centro de Formación Técnica o un Instituto Profesional. Como ganar la democracia fue un esfuerzo de años de quienes arriesgaron su vida y su seguridad para que se reconociera la libertad de expresión, de petición, de manifestarse pacíficamente y en general se estableciera una convivencia civilizada respetando el pluralismo y la diversidad, manifestarse a través de cartas y firmas, no solo fue legitimo, sino que expresó el sentimiento de miles. Surgieron los gritos y las amenazas, hubo quienes rasgaron vestiduras escandalizándose de tamaña osadía, ¿Cómo se les ocurre reclamar? ¿No saben que esta prohibido protestar?. Por suerte algunos no sabían. Y el propio Silvio aclaró que suspendía el recital por el alto valor de las entradas. Luego anunció un concierto gratuito que parecía una promesa lejana. Pasaron los meses, la Organización Ciudadana Participa se involucró en otros temas, Silvio siguió cantando en su isla y en los CD de sus seguidores. Pero llegó el día que parecía imposible: Silvio ensayando a las 12 de la noche, los celulares sonando y la gente corriendo al Parque Costanera donde el cantautor probaba sus canciones. Era la primera sorpresa en medio de una agenda casi secreta. El día del Concierto a las 9 de la mañana ya habían fanáticos instalados con gorros y quitasoles. Se cantaban sus canciones y la Organización Ciudadana distribuía botellas de agua. Venían de Angol, Puerto Natales, Puerto Montt, Santiago, Rancagua. Eran miles, eufóricos de cerveza, de nueva trova, de poesía, de diversos colores y formas. Era la fiesta cultural de la democracia, sin restricciones, sin entradas, sin distinciones. Incidentes menores, demasiadas restricciones a la prensa, no opacaron la insólita jornada. Las canciones de Silvio resbalaban por el Piduco coreadas por estudiantes y dueñas de casa. Era el encuentro del cantante y el pueblo que amaba sus canciones y que solo quería participar de la fiesta. Para eso quisimos democracia"
fuente: www.elamaule.cl
