SALMO 1
Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido
ni asiste a sus mítines ,
ni se sienta en la mesa con los gangsters,
ni con los Generales en el Consejo de Guerra,
Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano,
ni delata a su compañero de colegio.
Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales,
ni escucha sus radios,
ni cree en sus slogans.
Será como un árbol plantado junto a una fuente.
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Yo he repartido papeletas clandestinas,gritado: VIVA LA LIBERTAD!
En plena calle desafiando a los guardias armados.
Yo participé en la rebelión de abril,
pero palidezco cuando paso por tu casa
y tu sola mirada me hace temblar.
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