UN PADRE CAMPESINO

Mi Padre
Campesino,
me enseñó
a reir con el novillo,
a relajarme con los zorzales,
a vivir cada dia
con el susurro del agua
del canal
más cercano.


Con El contemplé
al ternero travieso,
reí con los picaflores,
hacimos deliciosas conservas
y escuchamos los alaridos
del toro
copulando con la vaca.


Mi Padre
me transportaba
a su mundo
y recorríamos
los potreros,
arreábamos las vacas,
errábamos los caballos
y cosechábamos los frutos
dulces del estío.


Con El
subíamos los cerros,
nos tirábamos piqueros
en los regueros,
y construiamos
multicolores volantines.


Y me acurrucaba,
me contaba historias,
desarrollaba mi imaginación
y mi amor por la palabra
y mi enamoramiento de los libros.


Ciertamente
Mi Padre,
fue
un Gran Sabio...