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" KA MAPU MEU AFKAZINIEMUAIÑ WEICHAN MU " " DESDE LA OTRA TIERRA ESTARAS A NUESTRO LADO EN LA LUCHA "
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Leonardo Boff | |
En este mes de diciembre completo los 70 años. Para los parámetros brasileños, paso a ser oficialmente anciano. Eso no significa que estoy próximo a la muerte, porque ésta puede ocurrir ya en el primer momento de la vida. Pero es otra etapa de la vida, la postrera. Tiene una dimensión biológica, pues, inevitablemente, el capital vital se agota, nos debilitamos, perdemos el vigor de los sentidos, y nos despedimos lentamente de todo. De hecho, resultamos también más olvidados, quién sabe, impacientes y sensibles a los gestos de bondad, que nos llevan fácilmente a las lágrimas. Pero hay otro aspecto, más interesante. La vejez es la última etapa del crecimiento humano. Nacemos enteros, pero nunca estamos terminados. Tenemos que completar nuestro nacimiento al construir la existencia, al abrir caminos, al superar dificultades y al moldear nuestro destino. Estamos siempre en génesis. Comenzamos a nacer, vamos naciendo en prestaciones a lo largo de la vida hasta acabar de nacer. Entonces entramos en el silencio. Y morimos. La vejez es la última oportunidad que la vida nos ofrece para acabar de nacer, para madurar y para, finalmente, terminar de nacer. En este contexto es iluminadora la palabra de san Pablo: «en la medida en que desaparece el hombre exterior, en esa misma medida rejuvenece el hombre interior» (2Cor 4,16). La vejez es una exigencia de la persona interior. ¿Qué es la persona interior? Es nuestro yo profundo, nuestro modo singular de ser y de actuar, nuestra marca registrada, nuestra identidad más radical. Esta identidad debemos encararla cara a cara. Es personalísima, y se esconde detrás de muchas máscaras que la vida nos impone. Pues la vida es un teatro en el cual desempeñamos muchos papeles. Yo, por ejemplo, fui franciscano, sacerdote, ahora laico, teólogo, filósofo, profesor, conferencista, escritor, editor, redactor de algunas revistas, investigado por las autoridades doctrinales del Vaticano, sometido a un «silencio obsequioso»... y algunos otros papeles más. Pero hay un momento en que todo eso se relativiza y pasa a ser pura paja. Entonces dejamos el palco, nos quitamos las máscaras y nos preguntamos: en definitiva, ¿quién soy yo? ¿Qué sueños me mueven? ¿Qué ángeles me habitan? ¿Qué demonios me atormentan? ¿Cuál es mi lugar en el designio del Misterio? En la medida en que intentamos, con temor y temblor, responder a estas indagaciones, viene a la luz la persona interior. La respuesta nunca es conclusiva; se pierde hacia dentro del Inefable... Éste es el desafío para la etapa de la vejez. Entonces nos damos cuenta de que necesitaríamos muchos años de vejez para encontrar la palabra esencial que nos defina. Sorprendidos, descubrimos que no vivimos porque simplemente no morimos, pero vivimos para pensar, meditar, rasgar nuevos horizontes y crear sentidos de vida. Especialmente para intentar hacer una síntesis final, integrando las sombras, realimentando los sueños que nos sostuvieron por toda una vida, reconciliándonos con los fracasos y buscando sabiduría. Es ilusión pensar que ésta viene con la vejez... Viene del espíritu con el que vivenciamos la vejez como etapa final del crecimiento y de nuestra verdadera Navidad. Por fin, importa preparar el gran Encuentro. La vida no está estructurada para terminar en la muerte, sino para transformarse a través de la muerte. Morimos para vivir más y mejor, para sumergirnos en la eternidad y encontrar la Última Realidad, hecha de amor y de misericordia. Ahí sabremos finalmente, quién somos y cuál es nuestro verdadero nombre. Alimento el mismo sentimiento que el sabio del Antiguo Testamento: «Contemplo los días pasados y tengo los ojos vueltos hacia la eternidad». Finalmente, alimento dos sueños, sueños de un joven anciano: el primero es escribir un libro sólo para Dios, si es posible con la propia sangre; y el segundo, imposible, pero bien expresado por Herzer, niña de la calle y poeta: «yo sólo quería nacer de nuevo, para enseñarme a vivir». Pero como eso es irrealizable, sólo me queda aprender en la escuela de Dios. Parafraseando a Camões, completo: «más viviera si no fuera, para tan gran ideal, tan corta la vida». |
Parece que en la lista de beneficiados como exonerados politcos no todo es tan transparente ni limpio.Varios son los pilllos que reciben buena plata estatal y sin embargo jamás han sido exonerados..Veamos algunos casos...
Estos son algunos de ellos:
Rafael González Verdugo (también “Berdugo”), ex agente civil del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA). “Espía” de carrera, tras el golpe militar, fue ubicado en el Departamento II (Inteligencia) del Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDN). En diciembre de 2003, fue procesado como cómplice de homicidio calificado del estadounidense Charles Horman, ejecutado en septiembre de 1973. Fue calificado como exonerado político de la Fuerza Aérea en noviembre de 1999 y recibe una pensión de $464 mil pesos.
Edwin Dimter Bianchi, ex teniente de Ejército, participó en el “tanquetazo” en contra del gobierno de Salvador Allende (junio 1973). Tras el golpe militar, fue enviado como represor al Estadio Chile. Una investigación de esta periodista confirmó que Dimter era el oficial al que los prisioneros políticos del Estadio Chile llamaban “El Príncipe”, a quien acusan de dar muerte a Víctor Jara, aunque esto no se ha comprobado judicialmente. Fue citado a declarar en la causa de Jara en 2006 en calidad de imputado. Dimter fue dado de baja en 1976, y consiguió trabajo en el Ministerio de Obras Públicas. En 1985, ingresó a la Superintendencia de AFP, escalando posiciones hasta lograr un alto cargo de confianza. Postuló como “exonerado político” en febrero de 1999, y fue calificado como tal un año después, recibiendo un abono de tiempo de 11 meses y 29 días. Sin embargo, tras la revelación pública de su pasado y una ruidosa funa en su lugar de trabajo, fue despedido de la Superintendencia de AFP y el PREP le quitó el beneficio.
Patricio Kellet Oyarzún, ex capitán de Ejército, jefe de inteligencia del Regimiento Cazadores de Valdivia en septiembre de 1973. Posteriormente, fue jefe de gabinete del general Roberto Guillard. Dejó el Ejército en mayo de 1986. Fue calificado como exonerado político en marzo de 2002, gracias a una carta de patrocinio del ex abogado de la Vicaría de la Solidaridad, Luis Toro. Una carta corta, manuscrita, que acreditaba que era un buen tipo. El Jefe Técnico, Luis Salinas, conocido de Toro, entonces recomendó su calificación como exonerado político.
Horacio Toro Iturra, ex general de Ejército. Tras el golpe militar, fue designado por Pinochet como segundo jefe del Comité Asesor de la Junta de Gobierno (COAJ). En 1975, fue agregado militar de la Junta en Francia. Pasó a retiro en 1978, y fue calificado como exonerado político en mayo de 2002. Se benefició con un abono de tiempo de 54 meses.
Enrique Cruz Laugier, comandante del Grupo de Artillería del Regimiento Tacna al momento del golpe militar. Ese día, atacó el palacio presidencial con artillería. Se retiró del Ejército en septiembre de 1987, y postuló a los beneficios de exonerado político, siendo calificado como tal en enero de 2000. Fue jefe de seguridad del Senado hasta 2004, cuando un reportaje de La Nación Domingo reveló su pasado. Hoy recibe una pensión como exonerado político.
Al que no le resultó la movida fue al ex oficial de Ejército Salvador Ballas Siglic. Postuló a los beneficios para exonerados siendo que él fue sumariado y dado de baja del Ejército antes del golpe, y por golpista. Ballas había participado vestido de uniforme en la manifestación de mujeres en contra del entonces Comandante en Jefe del Ejército general Carlos Prats, frente a su casa, en agosto de 1973. Pinochet, quien reemplazó a Prats, ordenó su baja, pero la tramitación demoró y el decreto fue emitido seis meses después del golpe militar, por lo que alcanzó a estar en el periodo para postular como exonerado. Alegó que la baja fue motivada por razones políticas, pero el Programa lo rechazó. Indignado, envió una carta acusando al PREP de discriminación.
Y los civiles…
Sergio Onofre Jarpa Reyes, ex senador del Partido Nacional y activo promotor del golpe militar. Fue embajador de la dictadura y también su Ministro del Interior. Fue calificado como exonerado político en julio de 2000 y recibió el beneficio de abono de tiempo de 35 meses.
Hermógenes Pérez de Arce Ibieta, ex diputado del Partido Nacional, férreo defensor del golpe militar y del general Pinochet hasta el día de hoy. Colaboró en las comisiones legislativas de la Junta Militar, y es columnista eterno de El Mercurio. Pidió ser calificado como exonerado político y lo logró en febrero de 1999, pero no obtuvo ningún beneficio porque nunca perdió trabajo – no tenía lagunas previsionales.
Juan de Dios Carmona Peralta, ex senador de la Democracia Cristiana, apoyó el golpe militar y luego fue Consejero de Estado de la Junta Militar. En 2001, recibió la Condecoración 11 de Septiembre de parte de la Corporación 11 de Septiembre. Fue calificado como exonerado político en febrero 1999 y desde entonces recibe una pensión de $644.000 pesos.
Mario Arnello Romo, ex diputado del Partido Nacional, apoyó el golpe y fue un entusiasta hincha de Pinochet. Fue calificado como exonerado político en noviembre 1999, con una pensión de $611.000 pesos.
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General: A pesar de su supuesto Alzheimer, demencia senil y alcoholismo, sabrá Ud.. de nuestra existencia. Todos los días me acuerdo de la sangre herida que hierve sobre mí, porque Ud. mató a mí padre. Siempre supe que iba a tener Alzheimer, así lo diagnosticaron los facultativos y expertos de la Política, la Justicia y el Servicio Medico Legal. No podría ser de otra manera. El lobby, la presión, las pasadas de cuenta y hasta una supuesta carta del entonces Cardenal Silva Henríquez, aparecida en los alegatos de la corte suprema contribuyeron a este veredicto final. Ud. se sabia culpable por eso le temblaban las manos, le paralizaba la cara, sus ojos se enceguecían. Yo merodeaba su existencia. Miré fijamente su rostro en el Club de Polo donde lo escupimos, cuando se evadía de nosotras. Hemos seguido sus pasos, no todas estamos vivas, entre ellas la Medico Dentista, Dora Juralnick, madre del periodista Carlos Berger asesinado por Ud.. en Calama y que aturdida por la impunidad y el silencio terminó su vida trágicamente, no antes de depositar velas en un recordatorio. El tiempo, el implacable tiempo ha llegado, el juez Montiglio ha hecho su trabajo, lo ha declarado con una enfermedad irreversible: Alzheimer Vascular y a pagar la alta suma de $500.000 pesos por 144 asesinatos ¡Que asombro! ¡Que novedad! Ud. tenia 47 años cuando asesinó a mí padre, que tenia a la sazón 35 años y cinco hijos. Ud. era el segundo hombre del poder militar y político y sus ojos no pestañaron, ni sus mejillas se paralizaron, para elaborar el listado de los chilenos que deberían ser descuartizados desde Calama hasta San Javier. Allí no le falló la memoria, podía distinguir entre matar a Mario Silva Iriarte u otro funcionario de CORFO Norte. A diferencia de otros hijos de ejecutados que no supieron o le ocultaron que sus padres fueron exterminados a pedazos, con mí Madre levantamos el ataúd y trasladamos a mí padre a Vallenar, en un día rigurosamente vigilado, donde el pueblo se refugio en sus casas, entremetido por la muerte de un hombre que no sabia disparar ni pistolas de agua. Sé que lo persiguen las sombras, que no puede salir a las calles y que no recuerda las maldades con sus hijos y sobrinos en vísperas de navidad y año nuevo. Pero YO recuerdo las maldades que hacia mí padre cuando me dejaba chocolates en la cama sin avisarme, dos meses antes que Ud.. lo asesinara. Quiero expresar mí profunda repugnancia por esta sentencia que será apelada por los abogados de DDHH y que burla el honor de cientos de familiares que consagraron su vida a la utopía de verle a Ud. en la cárcel, “donde un chileno pobre es juzgado por robar una gallina para comer”. Parece indigno en un tiempo en que todos hablan de transparencia no haber decretado sentencia como se merece a una persona que en uso de un poder ilimitado, como un “RAMBO” moderno, viajaba en un helicóptero para aniquilar opositores. Aquí no se trata de cualquier impunidad. Se trata de un hombre que en el ejercicio de su poder eligió exterminar a un centenar de chilenos que representaba lo mejor del mundo de la cultura, la política, la economía, los sindicatos y las Universidades regionales. En rigor estamos hablando de un sujeto que demolió lo mejor de una generación y por ello resulta insólito esta sentencia y los $500.000 pesos a pagar, una suma aun menor que el reajuste que se impusieron los congresistas en el reciente paro del sector público. Por ellos, por los asesinados, en honor a tantos sacrificios, dolor y lucha escribo esta carta abierta para silenciar el grito desgarrado de los ejecutados de la Caravana de la Muerte y sus familias. ¡¡La Dignidad y el Honor no se tranzan jamás!! Adhieren a esta Carta, Mi Madre Graciela Álvarez. Rosa Silva Álvarez Licenciada en Derecho, RUT 7.458.048-3 www.piensachile.cl |
Lennon hizo el comentario en un periódico londinense en el año 1966, y con él indignó a miles de seguidores del cristianismo, particularmente en Estados Unidos, donde se organizaron quemas de los discos del grupo en enormes fogatas.
Sin embargo, el tiempo cura, aparentemente, todas las heridas.
"El comentario de John Lennon, que provocó una profunda indignación principalmente en Estados Unidos, después de muchos años suena sólo como un "alarde" de un joven inglés de clase trabajadora que se encontró con un inesperado éxito, tras crecer con la leyenda de Elvis y el rock and roll", indicó Osservatore Romano, miembro del diario de El Vaticano.
Romano manifestó que "el hecho es que 38 años después de separarse, las canciones de la pareja Lennon-McCartney han mostrado una extraordinaria resistencia al paso del tiempo, convirtiéndose en una fuente de inspiración para más de una generación de músicos pop", según información recopilada por Reuters.
El artículo, que conmemoraba el aniversario número 40 del disco de los Beatles por "The White Album", llegó a alabar al grupo y cuyo vocalista fue asesinado en Nueva York, Estados Unidos en el año 1980.
Fuente: Orbe
Reflexión:
Lo que dijo en esa ocasión John fue simplemente una gran verdad,el conjunto,su música y sus integrantes eran más famosos que Jesús.Tiene moral el Vaticano para perdonar,luego de una historia de usurpaciones,guerras esclavizantes y silencios cómplices ante guerras y especialmente su vergonsozo silencio ante el genocidio nazi?
Olga Larrazabal,una chilena que visitó El Salvador,fue en busca de la luminosidad de Jon Sobrino,recorrió el vía crucis de Romero y conoció la historia no contada de tantos hermanos muertos por la violencia inhumana desatada contra los pobres.Regresó llena de luz,de saberes,de humanidad,de esperanza en el hombre ,de verdades que enriqueceran su búsqueda de su verdad personal,que plasmó en estas líneas que nos pueden ayudar a ver mejor los signos de la historia
Coplas para mi hermano que vive en El Salvador
Existe un prado de rosas, lejos en El Salvador.Regado con sangre noble, de hombres que Jesús ungió
De una mujer inocente, de una adolescente en flor
Un prado de rosas, triste, como lágrimas de Dios
¿Por qué los sacrificaron? Dímelo Padre, Señor…
Un hermano cuida el prado, sin ocultar su dolor.
Un prado de rosas rojas, un campo de ejecución.
Existe una Iglesia blanca, lejos en El Salvador
Llena de plata y boato, para venerar a Dios.
¿Dónde está Dios, me pregunto, entre tanta confusión
De altares atiborrados, de imágenes sin ton ni son…?
Una Iglesia ornada y muda, sin historia, sin sabor
Vamos al sótano, hermana, que sin cartel ni altavoz
Duermen los restos sangrantes
De un Obispo que creyó, en su deber de cristiano
Ser la voz de los sin voz. No tiene imagen ni estatua,
Sólo le queda el amor,
Que dejó en su pueblo amigo
El pueblo del Salvador
Y así como ellos, son muchos, como corderos de Dios,
Que fueron sacrificados en el altar de Moloc.
Y en la pradera de rosas, en profunda reflexión
Un hermano sobrevive, y aún se escucha su voz
¿Por qué los sacrificaron? Dímelo Padre, Señor
¿Por qué a mí no me llevaste?
¿Por qué ellos y no yo?
No llores hermano mío, que en los designios de Dios
Los que cuidan Sus jardines, alcanzarán lo mejor
Ya ves, florecen las rosas, y el perfume de su flor
Alcanza tierras lejanas, como el eco de tu voz.
No llores hermano mío, jardinero del Amor.
Por aquí Dios ha pasado, dicen en El Salvador
(www.piensachile.com)
VAMOS A CAMINAR POR LAVIDA
Vamos a caminar por la vida
Dejemos atrás lo pasado
Hagamos de este tiempo, el tiempo nuevo
Tomémonos de las manos y corramos
Vamos soñando el futuro
Unamos nuestros corazones y dancemos
Dancemos la danza de los besos
Dancemos al son de las caricias
Y encumbremos al cielo los suspiros
Esos que saldrán de nuestras bocas
Al mirarnos a los ojos intensamente
Dejemos que el amor hoy nos inunde
Hay tanto que vivir en esta hora
Hay tantas madrugadas abrazados
Esperando el despertar, juntos felices
Vamos a caminar por la vida
Esa vida que nos ha sido dada
Para crear ocasos de silencio
Contemplando la belleza de dos almas
Que un día ilusas se juntaron
Vamos amado, cobíjame en tus brazos
Dame de tu sutil cariño
Deja que ellos trasmitan sentimientos
Siente mis manos en tu pelo
Acariciando tus sienes tan plateadas
Déjame respirar el aroma de tu cuerpo
Extasiado con mi sola presencia
Y entregarte el calor de mis palabras
Susurrando con ternura, cuanto te amo
Vamos a caminar por la vida
Que el tiempo hoy es nuestro por completo
Y cuando este se detenga sin sentirlo
El que parta primero al nuevo estado
Dejará la huella inolvidable
De haber amado intensamente
Y será ese amor para el que quede, el alimento
Que lo nutra hasta el feliz encuentro.
MÁS ALLÁ
Porque te pertenecen mis días
Te busco en la oscuridad
Hago mía la luna
Remolinos azules...
Tus caricias deseadas
¡Máscaras mis ojos!
Recorro el campo
De mi cuerpo húmedo
Lo han regado silenciosas lágrimas
En soledad derramadas.
Cada instante pasado
Esperanza muerta de besos
Avanzan mis días............
Hechas palabras de amor
Florecidas de tu boca.
Cuando llegue el fin
¡Más allá!
En el recuerdo
Mi grito ahogado
Te buscará.
Por favor, si alguien ve a la presidenta |
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....Avísenle que murió calcinada Juana María Pichinao y otras cinco personas que aún no han sido identificadas en el pueblo de Santa Bárbara en la Región del Bío Bío. Seis personas murieron esta madrugada al incendiarse una vivienda de madera en la comuna de Santa Bárbara Cuando los bomberos llegaron al lugar "las habitaciones estaban totalmente consumidas por el fuego", declaró a la prensa el comandante de Santa Bárbara, Lizardo Melo. Las víctimas son dos mujeres y cuatro hombres, estos últimos trabajadores agrícolas y forestales que pernoctaban en el recinto. Entre los fallecidos se encuentra la dueña de la casa, Juana María Pichinao. Según informaciones preliminares de Carabineros, el incendio pudo deberse al recalentamiento de un brasero. Así, la autoridad podría entregar su pésame a las familias respectivas, y enviar el avión presidencial por si necesitan algo, tal como lo hizo, con justificada razón, para la tragedia de las estudiantes del Colegio Cumbres en días pasados. Habría que decirle que la noticia de esta tragedia apenas ocupa algunas líneas de los diarios de hoy. Si se entera de este hecho, la presidenta podría encomendar a la Ministra de Educación o a alguna otra autoridad, para acompañar a los deudos y poner cara de pena en las noticias de las nueve. O será que no son suficientes seis muertos y que nueve sí lo son? Será que morir en un accidente de tránsito es distinto que achicharrados en una casucha de madera? Habría que avisarle también que entre los muertos, hay un niño Gracias. Ricardo Candia Cares * Fuente: Generación 80 |
Chile está entrampado en una cultura de la mediocridad. Mientras no rompamos con ella, las propuestas de solución a nuestros problemas no avanzarán.En el mundo globalizado que vivimos requerimos cultivar una cultura de la excelencia, en la competitividad, en la cooperación y en las conversaciones.
Cuando observamos con admiración y asombro la organización de China de los Juegos Olímpicos, esta mediocridad nos aparece más clara. En la ceremonia de inauguración, no vimos sólo un despliegue de recursos o de tecnología; lo que nos maravilló fue la mezcla de perfección, creatividad, belleza, coordinación, disciplina y rigor que nos embargó de alegría. No era farándula, y el mejor ejemplo de la potencia de esto, es que echamos de menos los juegos olímpicos.
Pero China se propuso no sólo competir, sino ganar, y lo hicieron. Su progresión en eficiencia no tiene precedentes: de obtener 5 medallas de oro en Seúl ’88, veinte años después, en su casa, triunfaron por primera vez, obteniendo 51 medallas de oro.
En contraste, nuestra participación, como era previsible, no tuvo brillo. Y la única performance de estatura, la de Fernando González, no es aclamada ni valorizada en su importancia, a pesar de ser obtenida con un esfuerzo y perseverancia de años. Esta relativa indiferencia ante el logro de González muestra cuánto sobrevaloramos la mera gratificación instantánea, en vez de una cultura del construir y el cultivar, que es fundamental para ser excelentes.
No se llega a esas cotas de excelencia a través de la mera utilización de conocimientos o técnicas que luego se aplican, sino por la participación en una cultura de prácticas, que al final son “danzas” corporales, sociales y culturales.
¿Cómo se logra, entonces, un campeón olímpico? La excelencia no es una condición o una aptitud innata; es una cultura, una práctica que se cultiva en un ciclo recurrente, que involucra eficiencia, aprendizaje y cambio.
En el fenómeno de la eficiencia se constituyen las tareas, la creación de equipos y la gestión de recursos.
Los chinos realizaron una verdadera revolución deportiva, para generar cambios radicales en una generación. Al diseño de un programa de selección y reclutamiento, sumaron la creación de 10 centros de alto rendimiento, focalizados en quienes iban a competir, con un régimen de alta disciplina.
Pero, para llegar a eso, se requirió un proceso que incluyó un desarrollo masivo del deporte, cuyo resultado es la existencia hoy de 5 millones de atletas en China, además de 35 institutos de investigación deportiva, y 135 universidades con oferta de especialidades en deporte como parte de sus programas académicos. Es decir, la eficiencia presupone un presente, pero también una acumulación del pasado. Por eso se trata de un ciclo, donde el aprendizaje es una práctica recurrente que genera un cambio social.
Entonces, la excelencia no es sólo “competitividad”. El aprendizaje supone un juicio de acción efectiva donde aparecen las restricciones económicas y la evaluación en los tiempos. En algún punto del proceso, China focalizó sus esfuerzos de inversión y prioridades en la preparación. La excelencia está en el ciclo.
¿Y qué pasa con nuestro Chile? En Chile han existido otros chilenos que tomaron la decisión de cultivar la excelencia, como China hoy, pero en otra escala. Quienes organizaron el mundial de 1962 actuaron de la misma manera, incluyendo la preparación del equipo de Fernando Riera, que duró cerca de ocho años, obteniendo un tercer lugar.
Pero, a pesar de estos grandes ejemplos, aún no comprendemos la excelencia de esta manera. Aparece más bien como un prerrequisito para hacer las cosas bien, una condición sustancial de las personas: “es capaz”, “es inteligente”, son juicios que presuponen esta ceguera.
Todavía pensamos la excelencia como una condición, o como un conocimiento. Pero el cultivo de la excelencia paga sólo si se conecta con un espacio real, con un dominio visible donde la oferta que somos se cumple y mejora permanentemente en la recurrencia del ciclo eficiencia-aprendizaje-cambio.
Sostengo que en Chile predominan dos estilos que nos impiden avanzar en esta dirección.
El primero es nuestra cultura legal-formalista, que nos predispone a creer que “hacer las cosas bien” es regirse adecuadamente por las normas o ciertas reglas prefijadas. Los estándares de lo posible están ya definidos a nivel local.
El deber se mueve en el cumplimiento de la ley. Para el mundo normal éste es un requisito suficiente. Y en cualquier sistema socio-político y económico, el respeto de las normas es relevante, no se trata de algo malo.
Sin embargo, este estilo no calza con los desafíos de la competitividad en un mundo global. En este mundo, necesitamos cultivar una cultura de la excelencia, en la acción, en la innovación, en el cultivo de la autenticidad de una identidad y en la mejora de nuestras prácticas sociales y culturales.
Por otra parte, la mera referencia a la norma no resuelve el problema de su legitimidad, si ésta entra en crisis o es cuestionada.
Cuando esto sucede, se desarrolla la desconfianza entre las personas y no es fácil salir de ese estado de ánimo. La manera más fácil y nefasta es la de buscar o construir otras lealtades.
Y este es el segundo estilo, el ”compadrazgo para el abuso y la mediocridad”, que en algunos de nuestros partidos políticos alcanza el carácter de mafia organizada.
El origen de la palabra mafia es la “familia”; pero se trata de una familia que crea una ética al margen de la sociedad y sus instituciones, a favor de una jerarquía que maneja el clan familiar. La colaboración entre las personas no esta vinculada
a la generación de oportunidades o valor, sino a la protección bajo amenaza, que es su mejor negocio.
El compadrazgo no sólo genera abusos. Produce y cultiva también la mediocridad, porque pone el foco en un sistema de favores que inhibe la promoción del talento, el mérito y el esfuerzo, y prioriza el amiguismo, el “contacto”, la lealtad ciega, mal entendida. El Derecho y la Justicia son valores más importantes que la lealtad, en el mundo político, social y para la competitividad.
Chile no llegará a ninguna parte, por el camino de la mediocridad. Nuestro mal desempeño en las Olimpiadas, puede ser una anticipación de nuestro mal desempeño en el mundo, si no reaccionamos.
Contra eso, proponemos cultivar un estilo de cooperación, donde el espíritu de aventura y la excelencia son cruciales. Chile no podrá competir en el mundo globalizado si no cultivamos una cultura de la excelencia. Es un requisito esencial.
Nada sacamos con apilar listas de objetivos generales de la educación o con planificar una estrategia de innovación si no pasamos esta valla previa.
El cultivo de la excelencia no es individual, requiere de redes sociales donde se coopera, se compite y se conversa al mismo tiempo. Esto sucede también en las artes, las comunidades científicas, las organizaciones sociales, los negocios, o cualquier otra práctica humana. Si esto se hace socialmente, ilumina la acción.
Y la acción ocurre en este ciclo que involucra el uso eficiente de los recursos, cultivar una práctica de aprendizaje permanente, y generar momentos reflexivos donde se deciden estrategias de cambio.
Es posible que los lectores sientan que los chilenos no podemos cultivar la excelencia, que la comparación con China es abrumadora; es sencillo atribuir lo logrado por ese país a la tradición, cultura y tamaño. Pero la excelencia siempre existe en aquellas gentes encariñadas con su trabajo, con su comunidad. Esto va más allá de nacionalidades, es sentirse parte de la aventura de su comunidad y la humanidad entera.
Chile ha tenido personas notables en distintos aspectos. En la medicina, ejemplos como los doctores Héctor Croxato, Joaquín Luco, Francisco Varela y Humberto Maturana. En el deporte, negocios, literatura, encontramos ejemplos de la misma envergadura.
Para conducir estos pequeños reductos de excelencia, se necesitan líderes que se vayan formando en ese camino, ese es el rol de Chile Primero. Producir gente ordinaria que sea capaz de producir eventos extraordinarios.
Las crisis atraen a la excelencia. Pues en respuesta a éstas van surgiendo en el mundo personas comprometidas con la aventura de hacer contribuciones y cambiar culturas.
Las crisis nos regalan buenos ejemplos de cómo conectar a los jóvenes chilenos con las redes emergentes que surgen ante éstas. Así mismo es necesario que nuestros líderes cobijen y cultiven iniciativas disruptivas. La excelencia es una acción conjunta del Estado y la sociedad. Requerimos crear nuevos partidos, nuevas instituciones, nuevas organizaciones, que estén dispuestas a cultivar la excelencia.
Necesitamos un estado de ánimo distinto y una actitud, una predisposición al cambio. Hace 30 años China estaba presa de una cultura campesina donde este estilo no contaba. Pero lograron resucitar lo mejor de su tradición para generar un profundo cambio y producir una cultura de la excelencia, con decisión, orgullo y nuevas prácticas.
En Chile, necesitamos un compromiso de saber que esto es posible.
La excelencia tiene una intencionalidad ética, que valora la ambición sana, la colaboración, promueve el “pulular de las minorías”, premia el mérito y el esfuerzo, y destierra la envidia y la mediocridad.
Chile tiene una gran oportunidad poniendo acento en la creación de una cultura de excelencia, así tendremos mejores empleos, oportunidades y un futuro prometedor.