" En rigor,los muertos no están muertos.Rigor mortis si,pero no muertos.Paramos la chala,nos quedamos tiesos,cagamos pistola,pero de muertos....nada.En efecto,los órganos se convierten en otras cosas siguiendo la cadena trófica.Nuestros herederos son los gusanos que siguen poblando este planeta a partir de nuestros órganos descompuestos.Luego se posa un pájaro en el suelo y se come el gusano para salir volando con parte de nosotros.Luego,lejos de ahí,un cazador tiene el arma cargada y suelta un tiro de perdigones que acaban con el animal volador.Pero una comadreja que merodea la zona descubre el ave abatida antes que el tío de la escopeta y se sirve de inmediato al plumífero.Cuando va de vuelta a su cueva con la guata llena con el pájaro que se zampó al gusano salido de nuestras entrañas,le cae el cazador encima.Igual, el único depredador infalible es el hombre.Resultado: la comadreja pasa a formar parte de un abrigo de piel que una señora finísima de busto muy abundante utiliza para ir a la ópera en temporada de invierno.Y de alguna manera u otra,en vez de morir acabamos contemplando la eternidad en un aria de Verdi,tapándole los lomos a esa mujer de perfume dulzón sentada en un palco con butacas de felpa roja,bajo una grandiosa lámpara de lágrimas.Qué se muere cuando se muere?
Autor: Pedro Donoso..Revista "El Metropolitano" 2002.
Autor: Pedro Donoso..Revista "El Metropolitano" 2002.
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