HERMANOS MAPUCHES

viernes, abril 22, 2011

POEMA

Desde Venezuela ha llegado este poema,cuta autora es Dalila



Amante de mano lenta, amante de mano suave

Amante que recorres mi cuerpo con dulzura y cadencia

Di si escuchas amante mío, cuando me acarician tus manos

Cómo gimen quedo las estrellas

Dime amante, dime presto, dime piano

Si cuando nos sorprende la aurora amando

Escuchas como suenan los violines de mi cuerpo

Afinados al sentir sobre él tu aviesa mano

Dime lento, dime piano, dime amante enamorado

Si oyes a mis caricias trepidar con tus ansias

Si las escuchas responder a tu amor arcano

Si me sientes cual bostezo de mar cuando tu mano

Alcanza mi vientre haciéndome susurrar un Te Amo

Amante, de mano lenta, de mano suave, de mano tierna

Dime piano, dime presto, gozoso y lozano

Si escuchas a mis hebras tuertas bridarse a tu cuerpo

Todas las noches al son de tu piano

Di si gustas mis salivas tendidas en los gemidos de tu acento

Si te aroman mis fragancias cual empuñaduras de cierzo

Al cernirme cual marejadas de tus muslos

Sobre tus pendones de bierzo

Yo, desde el fondo de tus pupilas al acecho

Escucho como a riachuelos de sangre brotar tu fuerza

Cuando te ardes enfurecido sobre mis pechos

Cual Quijote sobre aspas puntiagudas de un molino

Poseyendo cual corso invasor, todos mis puertos

Y siento tus manos lentas, tus manos suaves

Como alivio de luceros en noche oscura cercada de Te Quieros

Amante de manos fuertes, de bandera enhiesta

Siento al invadirme tu amor y tu saeta

Tu voz varonil rodar sobre mis montes y sobre mis cuestas

Amante de mano suave, de mano lenta

LA POESIA












No hay nada mas politico que emocionarse

Que al final de un poema alguien llore y se haga preguntas.


Porque la poesia es para hacerse preguntas y no para entregar respuestas

viernes, abril 08, 2011

MANDELA.....SIEMPRE MANDELA








Palabras de Nelson Mandela que vale la pena vivenciar...

Nuestro miedo más profundo no es creer que somos inadecuados.

Nuestro miedo más profundo es saber que somos poderosos más allá de la mesura.
Es nuestra Luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.

Nos preguntamos ¿Quién soy yo para sentirme brillante, atractivo, talentoso, fabuloso?

Pero en realidad ¿Quién soy yo para no serlo?
Yo soy un hijo de Dios.


El juego de ser o parecer insignificamte no te sirve ni le sirve al mundo.


No hay nada de iluminación en hacerte pasar por menos, con el fin de que otras personas no se sientas inseguras.

Todos podemos brillar tal y como lo hacen los niños.


Todos nacimos para manifestar la Gloria de Dios que está en nuestro interior.

Esta Gloria no está dentro de unos cuantos, sino que está dentro de todos nosotros.


Y cuando permitimos que nuestra Luz brille, también le estamos dando la oportunidad a otras personas para hacer lo mismo.


A medida que nos vamos liberando de nuestros miedos,
nuestra presencia libera a otros automáticamente.